Si eres de l@s que no están dispuest@s a pasar una noche sin calefacción y sin arroparse hasta las orejas con un buen peso en mantas, este post no es para ti. Pero como sabemos que te gusta la aventura, nosotros hoy vamos a ponerte los dientes largos con una de las experiencias más aventureras que te podemos sugerir en estos meses de frío invierno. Vale, es cierto, este invierno no está siendo de los más fríos de los últimos años, pero es que nuestra propuesta está lejos, en la alta montaña, donde lo habitual son los grados bajo cero y las capas y capas de nieve. Donde por la noche se escuchan incluso lo ahullidos de los lobos.
Hoy te llevamos al interior de un iglú para que te sientas como los mismísimos esquimales y, eso sí, para que pases en mismo frío que pasan ellos.
Hemos hecho un recorrido por el interior de algunos de los más conocidos y que están en lugares tan cercanos como Andorra, pero en otros más lejanos como los Alpes suizos o la misma Laponia.
Los hoteles iglú son lugares muy particulares y no todos son iguales. Los hay donde incluso la temperatura sube de los tres o cuatro grados bajo cero durante la noche.
Los verdaderos hoteles iglú son aquellos que están construidos exclusivamente con nieve, y hielo y el frío está tan presente que te recomiendan pasar la noche con mucha ropa térmica encima. Te ofrecen mantas o sacos de dormir especiales para entrar en calor, pero fuera del saco, la temperatura no suele subir de cero grados.
Lógicamente no están abiertos todo el año, pero la experiencia es única. Por lo general no se suele pasar más de una noche, ya que no hay agua corriente y aunque la hubiera para darse una ducha, el riesgo de congelación sería demasiado elevado. Eso sí, los desayunos compensan el frío, porque suelen ser ricos y abundantes.
Pero, ¿qué tienen estos iglús de especial? La respuesta es obvia, pero por si no lo habías pensado, la aventura no está tan solo en pasar una noche durmiendo encima del hielo, si no sentirse tan alejado de la civilización que el entorno en sí mismo solamente ya merece la pena.
Pero están también los hoteles seudo iglús, que son aquellos que tienen un concepto parecido, pero donde no se pasa tanto frío. En Laponia, por ejemplo, existe uno con forma de iglú, pero que no está cubierto de nieve, si no dentro de cristales. Desde la cama se pueden observar perfectamente las auroras boreales.
También hay cabañas de madera cubiertas de nieve con forma de iglú, pero aclimatadas por dentro. Es una manera de acercarse a la experiencia de dormir en un lugar alejado en la naturaleza, pero en una cama con colchón y con una temperatura sobre cero.
¿Te atreves a pasar la noche en la nieve?
Te invitamos a que comentes este post y a seguirnos en Facebook y en Twitter para estar al día de todas las novedades que te ofrecemos en tudecora.com.