Nos hace una ilusión tremenda, después de haber pasado el día de Navidad y fin y primero de año, pensar que aún queda lo mejor: ¡la noche de los Reyes Magos! Es más, nosotros alargamos el acontecimiento desde la tarde del día 5 hasta la noche del día 6 de enero. Porque nos llena de ilusión y porque no solo nos apasiona recibir regalos, si no todo lo que rodea a esta noche tan mágica.
Para empezar, nos encantan las meriendas de Reyes la tarde del día 5: con su chocolate y su roscón, como mandan los cánones. Crear la máxima expectación es algo que sobre todo los niños disfrutan muchísimo. Nos apasiona reunir a grandes y pequeños alrededor de una mesa repleta de motivos alegóricos a los Reyes Magos: coronas, estrellas, dorados, roscón, los nombres de los reyes escritos en las servilletas... La mesa resulta también preciosa si colocamos sobre ella las tres figuras.
Luego está el gran recibimiento. Hay que dejarlo todo preparado para agasajar a los reyes cuando lleguen en plena madrugada: las tres copas de champán con su nombre, algunas galletas y algo de agua para sus camellos. Todo, bien cerca del árbol de Navidad para que lo tengan todo a mano y no se entretengan: al fin y al cabo, tienen que dejar los paquetes de regalos en miles de casas. Y hablando de paquetes: para evitar confusiones, debemos dejar los sacos donde van a colocar los regalos con el nombre de cada uno de los miembros de la familia bien marcados. Así evitaremos confusiones y cada uno podrá encontrar los suyos en el saco que lleva su nombre por la mañana.
Además de las copas y el agua para los camellos, debemos adornar ese pequeño rincón para los reyes de forma majestuosa: mantel, servilletas, adornos de Navidad… Todo como “ellos” se merecen. Y no nos olvidemos de adornar la puerta de entrada a casa con una corona navideña.
Y la fiesta no acaba ahí. Continúa al día siguiente alargándola todo lo posible, porque es el último día de Navidad y todos los adornos deben continuar en su sitio como mínimo hasta que llegue la noche.
Nos vemos por este blog dentro de muy poquito. Mientras tanto: ¡felices Reyes Magos!