¿Eres de los que no encajan con un estilo decorativo determinado? Miras tu salón y cuando ves que todos los muebles, las cortinas y las alfombras van a juego ves que te falta algo, que esa no es la imagen que te gustaría dar realmente.
Si eso te ha pasado más de una vez, si no encuentras un solo estilo que te llene y te satisfaga seguramente es que lo tuyo es lo ecléctico, la mezcla, el no identificarse con una sola tendencia, si no con varias....
Vía Stylefiles
Vía Naimabarcelona
El estilo ecléctico es probablemente uno de los estilos con menos “pedigrí” que existen. No tiene una sola raíz, si no muchas. Y las tiene porque lo forman muchas tendencias distintas que, dicho sea de paso, lo han puesto absolutamente de moda.
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Solo tenemos que darnos un paseo por las revistas de interiorismo y diseño para darnos cuenta de que lo que más se repite en sus páginas es lo ecléctico: mesas de diseño vanguardista con sillas antiguas que están colocadas, por ejemplo, sobre una alfombra persa… Lámparas de araña que cuelgan del techo, fotografías de época en blanco y negro, un sofá moderno tapizado en piel…
Vía G4.be
Se mezcla y combina lo viejo y lo nuevo, Oriente y Occidente, el lujo con lo usado, lo gastado... Solo hay que llenar los espacios con objetos que nos gusten y que nos resulten armónicos, sean del estilo que sean. Eso sí, no se trata de mezclar por mezclar sin criterio, haciéndolo al azar. La libertad que da el estilo ecléctico lo hace muy atractivo, pero hay que tener mucho cuidado para no convertirlo en caótico. Y eso se consigue por una parte escogiendo muy bien las piezas y, por otra, no abusando en exceso de las mezclas.
Vía Interiorsbystudiom
Vía Decordemon
Una de las mayores alegrías que da lo ecléctico, el orden desordenado de estilos, es la posibilidad de encontrar piezas únicas y poderles dar el valor que tienen, sean de la época que sean. Podemos descubrir una mesa de cocina de madera rústica y no sentirnos obligados a colocarla con sillas a juego. Lo divertido está en darle su valor como pieza singular acompañándola de unas sillas modernas y de colores que contrasten con ella. Esas sillas, a su vez, no tienen por qué ser iguales, pero si deberían tener una silueta semejante y proporciones parecidas.
La clave está en elegir unos elementos que dominen en una estancia y luego ir llenando los espacios con otros que también nos interesen, aunque no coincidan en estilo, época o color.
Vía Stylefiles
Vía Stylefiles
A veces hay que estudiar los espacios durante un tiempo una vez que se han colocado los elementos principales y analizar bien dónde y cómo colocar el resto de objetos o de muebles que van a romper con el estilo principal. No hay que tener prisa. Por ejemplo, combina las piezas brillantes con las mate, el metal con la madera y el plástico con la porcelana. También la seda con la arpillera. En cuanto a los colores, casi hay carta blanca, aunque siempre que los tonos consigan un resultado armónico y no den la imagen de caos total.
Vía Storiesbystella
Vía Lucitelavender
Vía Lookslikewhite
Se trata sobre todo de un estilo muy emocional, donde lo importante es que el resultado final sea capaz de transmitirnos emociones porque los objetos que hemos colocado tienen un significado o un valor especial, combinen o no estéticamente con otros. Mientras el resultado nos sugiera cosas interesantes, habremos conseguido nuestro objetivo.
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