Estamos en temporada alta de piscinas. Más que alta, altísima. Con este calor sofocante no hay quien aguante sin meter aunque solo sean los pies en el agua. Por eso hemos decidido llevaros a casa una selección de piscinas. Pero no de cualquier tipo de piscina. En esta temporada estamos enamorados de las piscinas de arena y de las piscinas naturales en toda su extensión.
¿Qué nunca has oído hablar de las piscinas de arena? Te lo explicamos: no es que sean piscinas a modo de estanque, con un fondo de arena que hace que el agua siempre esté turbia. No. Las piscinas de arena de playa son una gozada que hacen que te sientas en el jardín de tu casa como si estuvieras en El Caribe, porque encima el color del agua puede ser como el de los mares tropicales.
Estas piscinas tienen una estructura de hormigón y sobre ellas se coloca arena de playa compacta sellada con una resina de poliuretano para que sea más fácil su limpieza y su mantenimiento.
Lo curioso de estas piscinas es que la entrada es a cota cero, es decir, que se entra al agua como si lo hicieras en el mar por la orilla, con una ligera pendiente. Además, se pueden climatizar.
Generalmente, estas piscinas se construyen en espacios amplios, ya que tienes que contar precisamente con esa rampa de entrada hasta que consigues que te cubra un poco y que quede aún espacio para el baño.
Son una opción muy natural que nos gusta tanto como las piscinas naturales, es decir, aquellas que están diseñadas aprovechando la orografía del terreno. Si esta orografía es plana y sencilla, lo creativo es decorarla con rocas, árboles, todo tipo de piedras y hasta alguna que otra cascada.
A pesar de que las piscinas de agua y fondo azul nos parecen siempre fantásticas, nos sigue gustando mucho más esa parte más salvaje que tiene el baño, también en aguas cristalinas pero rodeados de piedras, arbustos y palmeras y con esos fondos de arena de mar que nos acercan siempre a entornos más exóticos. Eso sí, estas piscinas tienen el gran inconveniente de la caída de hojas, que siempre resulta un engorro por la suciedad que ocasionan.
Sea como sea, nos sigen encantando. Si tienes oportunidad, experimenta un baño en una piscina de arena natural y probablemente ya no quieras volver a la playa. Mientras tanto, mira las fotos de este post y sueña con meter tus pies en una de ellas.
¡Feliz baño!
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