Las buhardillas siempre nos han parecido lugares mágicos. ¿A vosotros os ocurre lo mismo? Son esas habitaciones que invitan a la fantasía y que nos han llamado la atención dese que éramos pequeños. Son esos sitios llenos de misterio a los que nos encantaba subir en nuestra infancia, decorados con leyendas centenarias; habitaciones de madera en las que uno se escondía para que no le encontrara nadie, donde jugaba a juegos cargados de imaginación o donde se contaban historias fantásticas.
Por eso, ahora que somos mayores, no podemos evitar seguir viendo las buhardillas como esos lugares cargados de magia donde encontrarnos con nosotros mismos, donde refugiarnos o donde escondernos.
Hoy hacemos un repaso por las buhardillas que más nos gustan. Todas tienen algo de especial, a pesar de que los techos sean demasiado bajos o las estancias demasiado pequeñas. O incluso a pesar de que la única ventana que tienen sea mínima en exceso y la luz escasa. A cada buhardilla, sea esta como sea, siempre se le puede sacar partido.
Nos gustan especialmente esas que se convierten en dormitorio o en lugar de trabajo. Porque la buhardilla lleva implícito siempre ese sentido de refugio, de relax, de lugar apartado donde solo hay tranquilidad, paz.
Los salones en buhardillas son una suerte que no todos se pueden permitir, solo aquellos que tienen una buhardilla de techos altos porque, admitámoslo: hacer vida en un lugar donde siempre hay que ir con la cabeza agachada es mucho más que un inconveniente.
Por eso, hoy te mostramos varios ejemplos para que te inspires. La calidez en la mayoría de ellos la pone la madera, las vigas a la vista barnizadas en su color natural o en blanco, muy recomendable en el caso de las buhardillas oscuras.
Otro de los usos que se le puede dar a una buhardilla es el de cuarto de juegos, aunque eso ya depende de lo que a uno le guste dormir en una y si prefiere usarla para el relax o para la expansión infantil.
Sea cual sea el uso, y especialmente si ese es como dormitorio o como despacho, recurre siempre a un ambiente propicio para el relax con lámparas bajas y de mesa, cojines en el suelo, pufs y alfombras… muuuuchas alfombras. Evita usa cortinas, que siempre van a evitar que la luz entre por las ventanas con más intensidad. Los colores claros y vivos, pero nunca oscuros. Cualquier cosa que haga que sientas esa estancia como un refugio.
Las buhardillas dan vida. Sácales todo el partido, disfrútalas a tope e inspírate en estas tan bonitas que te mostramos. ¡Feliz descanso!
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