Dice el refrán que si uno quiere ser feliz, debe procurarse momentos felices, cueste lo que cueste. Te lo decimos porque las vacaciones han acabado para muchos, pero tener que renunciar a ellas así, sin un poco de descompresión, pues se hace duro. Por eso queremos dedicar a este post a todos aquellos que quieren que su vuelta al trabajo no sea traumática y poder vivirla como si aún siguieran de vacaciones.
Todo hay que hacerlo poco a poco y hay que crearse en casa pequeños rincones de felicidad donde seamos capaces de encontrarnos en la gloria, como cuando estábamos en aquella casa de la montaña o a pie de playa. No importa que hiciera frío o calor. Lo importante era la paz que en ese momento encontrábamos.
Rodéate de flores, de plantas que te lo hagan más fácil, que te recuerden a esos momentos de felicidad en aquel bar o en aquel restaurante.
Debemos acomodar nuestra casa de tal manera que sea lo mas parecida posible a lo que para nosotros significa un momento de relax: muebles de estilo más rústico, una terracita con balancín para poder contemplar una puesta de sol, aunque sea con los ruidos de los coches de fondo. Eclípsalos con una buena melodía de saxo, por ejemplo.
Vía Vintage Industrial
No apures las noches demasiado, siéntatate a descansar tan pronto como puedas y termina ese libro que empezaste en Semana Santa, no vayas a abandonarlo ahora.
Aunque te damos pequeñas claves, solo tú eres capaz de conseguir hacer rincones especiales en tu casa. Y así tu sensación de vacaciones no terminará nunca.
¡Feliz semana!